CATASTRO DE INFRAESTRUCTURA ESCOLAR

Catastro de Infraestructura Escolar

Está terminando el período de recolección de datos de terreno del Catastro de Infraestructura Escolar que realiza el Ministerio de Educación desde mediados del año 2012. A partir de un trabajo de visitas y medición de cada Secretaría Regional de Educación, se recogieron datos duros sobre las condiciones y estado de la infraestructura de las escuelas y liceos municipales o de administración delegada del país. Los resultados muestran en general, buenas condiciones de infraestructura, aunque con algunas falencias respecto a seguridad y accesibilidad.

 

A inicios del año 2012, el Departamento de Infraestructura Escolar y el Centro de Estudios, ambas unidades de la División de Planificación y Presupuesto del Mineduc, diseñaron un Catastro de Infraestructura, cuyo propósito era conocer las condiciones y capacidades de la infraestructura escolar existente en los establecimientos municipales del país, de manera de alimentar y aportar evidencia para el desarrollo de políticas de inversión en ese ámbito. El estudio, implementado a partir del segundo semestre del año 2012 a través de una estrategia regional de visitas de expertos a todos los establecimientos que ofertaran educación regular básica o media, excluyendo las escuelas cárceles u hospitalarias y las que no poseen un Rol Base de Datos. Cubrió un universo de 5.530 establecimientos educacionales, que tuviese al menos un local (recinto físico) de funcionamiento.

 

El trabajo de levantamiento de datos en terreno contempló la coordinación con los equipos regionales del Ministerio (Secretarías Regionales), los que lideraron a un grupo de profesionales con competencias en la materia (arquitectos, constructores civiles, ingenieros civiles vinculados al área de la construcción), para que visitaran cada establecimiento y realizaran un trabajo de medición, evaluación e indagación de las condiciones y estado de la infraestructura escolar, en los ámbitos principales de: construcciones existentes (materialidad y diagnóstico de pabellones, identificación de recintos y superficies), situación de instalaciones y servicios (agua potable, alcantarillado, electricidad, servicios higiénicos, etc.), situación de áreas exteriores (cantidad y tamaño de patios, condiciones de accesibilidad), niveles de seguridad (riesgos y condiciones del terreno e instalaciones). Esta información fue registrada en una “Ficha de Catastro” elaborada para cada local visitado (catastrado), digitalizada en un sistema de gestión de datos creados para estos efectos, y analizada a partir de criterios e indicadores de interés para la toma de decisiones.
A continuación se detallan algunos de los primeros resultados obtenidos por el catastro, en un formato descriptivo y preliminar, sobre gran parte del universo de establecimientos visitados, cuyas características son descritas a continuación.
 
Región
N Locales
%
67
1,3
77
1,5
120
2,3
113
2,2
447
8,7
480
9,3
769
14,9
437
8,5
548
10,6
976
18,9
268
5,2
259
5,0
486
9,4
53
1,0
51
1,0
Sin Información
5
0,1%
Total general
5156
De un total de 5.530 establecimientos a ser catastrados, según el diseño inicial del estudio, a la fecha se tiene información validada de 4.986 establecimientos; ello implica que el Catastro tiene cubierto un 90,16% de los establecimientos subvencionados de dependencia municipal.
En términos de infraestructura, estos establecimientos están instalados en 5.156 “locales” o recintos que cobijan a una comunidad educativa, de los cuales 136 constituyen “anexos” de locales matrices de establecimientos. Se incluyen además 34 casos de internados. La distribución regional de los locales de establecimientos educacionales con que se cuenta ya información es la siguiente:
 

Región
Promedio de Mts2
Arica y Parinacota
5.072,0
Tarapacá
5.148,7
Antofagasta
6.157,4
Atacama
6.787,5
Coquimbo
7.269,3
Valparaíso
5.369,9
Metropolitana
6.811,1
O’Higgins
7.781,2
Maule
7.546,4
Biobío
8.243,3
La Araucanía
9.047,0
Los Ríos
8.515,8
Los Lagos
9.324,3
Aysén
9.147,2
Magallanes
6.101,7
(en blanco)
5.623,6
Promedio general
7.538,2
Los locales visitados son recintos en que promedio tienen una superficie de 7.500 m2, con una gran variabilidad en los tamaños de locales (desviación estándar) de +/- cerca de 20.000 m2; esto habla de la amplia diversidad de tamaños, y por tanto de matrícula de estudiantes, que tienen los establecimientos escolares. En términos regionales, los tamaños promedio regionales son los siguientes:

 

 
El Catastro indagaba, de manera exploratoria, la fecha estimada de construcción del pabellón principal o típico de cada local, según la apreciación de los profesionales en terreno. Así, se registró un rango de construcción que va desde el año 2012 hasta establecimientos construidos durante los inicios de siglo XIX. En promedio, se entrega una fecha de construcción de la parte principal de los establecimientos de inicios de 1980, con una variabilidad de +/- 23 años.
Respecto al estado general de la construcción del local, el Catastro dio cuenta de un promedio nacional de un 20,3% de deterioro del conjunto de pabellones de cada local (que considera aspectos como: Cubierta, estructura de muros y tabiques, pavimentos, sistema eléctrico, ventanas, puertas, mobiliario escolar, pinturas y revestimientos de cielos y muros, etc.). Esto implica una apreciación técnica de un bajo nivel de daño o deterioro de la infraestructura escolar municipal, independiente del tipo de material o tiempo de uso, siendo las partidas peor evaluadas los servicios higiénicos de los estudiantes.
En el diagnóstico realizado por los especialistas en su visita a los locales, se verificó que el tipo de construcción predominante es el hormigón armado (casi un 36% de locales presenta este elemento como materialidad principal de sus pabellones), seguido por la albañilería armada o reforzada (30,8%). Por su parte, y consistente con las orientaciones normativas vigentes en el país, el tipo de material menos utilizado es aquél que considera el adobe (cuyo uso está prohibido en la normativa de construcción escolar): la tabiquería rellena de adobillo o barro (0,2% de locales) y adobe macizo (un 0,8% de locales está construido con este material).
El Catastro permitió también detectar los principales riesgos tanto externos como internos al local del establecimiento visitado. Se considera como riesgo la situación implica un peligro físico para niños o personal del local, que no está adecuadamente mitigada o resuelta. En los resultados observados, aparece una situación de bastante seguridad y cuidado al interior de los establecimientos, en la medida que ninguna de las situaciones de riesgos presentadas constituyen fenómenos recurrentes en los locales de establecimientos (ninguna tiene una frecuencia mayor al 30%).

 

Las situaciones de riesgo más presentes la presencia de estanques de líquidos o gases inflamables o dañinos (24,4%), en general estanques de gas de áreas exteriores, o cortes verticales de terreno (mayores a 50 cm.), que supone riesgos de caídas o golpes (32,9%). De ellos, el segundo tiene una situación más compleja, al no haberse observado una solución o acciones de mitigación, aunque sea parcial, para este potencial peligro (27% de los casos no mitigados).
En el entorno de los locales de establecimientos escolares tampoco se observan de forma mayoritaria o sistemática riesgos a los estudiantes o comunidad escolar, salvo en el caso de la presencia de vías de alta velocidad o tráfico (en el 49,5% de los locales), que implican potenciales espacios para accidentes o atropellos; menos de la mitad de los locales con esta situación ha emprendido acciones o medidas para hacer frente a este riesgo, lo que constituye una situación que debiera poner en alerta a las autoridades educativas.

 

La misma situación, pero menos pronunciada (33,6% de locales) ocurre con la presencia de terrenos baldíos o eriazos aledaños a los establecimientos escolares, siendo también bajo el porcentaje de casos en que las autoridades locales han tomados acciones de mitigación.
Así, los resultados de la existencia de riesgos, tanto dentro de los locales como fuera, resaltan la mayor vulnerabilidad que tienes los establecimientos fuera de sus muros, en las inmediaciones, lo que puede estar indicando mayores dificultades para gestionar y hacer frente a este tipo de situaciones en espacios que el establecimientos no tiene (o tiene menos) control directo.
En el ámbito de la seguridad de los locales de establecimientos escolares, el Catastro indagó la existencia de 3 condiciones mínimas a cumplir para garantizar la preparación frente a situaciones de emergencia o de catástrofe: evaluación expedita (elementos básicos de escape como puertas de acceso y salida principal que abatan hacia el exterior, inexistencia de estrangulamientos o “cuellos de botella”, etc.), zona de seguridad (identificación de zona libre en primer piso) y señalética de emergencia.

  

Los datos registrados nos indican que casi un 90% de los locales cuentan con los dos primeros elementos (evacuación expedita y zona de seguridad), pero que sólo cerca de un 67% cuenta con señalética de escape; esta situación varía entre regiones, en particular aquellas más extremas, como lo muestra el gráfico.
Vinculado a ello, el estudio dio cuenta también de problemas de seguridad vinculados al tipo de cerramientos de los locales de establecimientos escolares , donde un 22% de locales presentan falencias vinculadas a seguridad, y un 29% a deterioro; una mayoría de locales (47%) no presenta problemas en este tipo de estructuras.
Por último, en términos de accesibilidad universal, el Catastro da cuenta de una situación difícil para personas de movilidad limitada, en la medida que sólo un 22,8% presenta posibilidades de acceso completos, y un 40,3% no tienen ninguna solución disponible; el resto presentando una solución restringida a la planta baja de locales.
El Catastro implementado, inédito en términos de la cobertura y cantidad de información, entrega una descripción muy rica y abundante respectos a las condiciones de uso y estado de las instalaciones físicas de los establecimientos educacionales. Su procesamiento y análisis brinda al Mineduc de un potencial de evidencia que enriquece enormemente el diseño y la toma de decisiones en el ámbito de apoyo al mejoramiento de la infraestructura escolar disponible las escuelas y liceos del país. En este sentido, este estudio representa una buena oportunidad para que investigadores y especialistas puedan profundizar y hacer reflexiones que colaboren con esta tarea.